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TESTIMONIOS

Haruna Garba

mantenimiento informático en Xabec

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“Nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de personas como Luis Valls y sus fundaciones”

La vida de Haruna Garba no ha sido nada fácil. Tras la muerte de su padre y con solo 12 años, decidió dejar Togo en busca de una nueva vida. Aunque su camino estuvo lleno de obstáculos, Haruna nunca perdió la esperanza. Su viaje hacia España duró más de cuatro años, enfrentando innumerables desafíos y peligros, especialmente en el desierto, donde las mafias marcaron su travesía.

Cuando finalmente llegó a España, primero aterrizó en Canarias y, tras 45 días, fue trasladado a Valencia. Llegó a sus 16 años y hoy, con 37, Haruna siente una profunda gratitud hacia Xabec, el centro de formación profesional que se convirtió en su refugio y familia. “Allí encontré una familia, Xabec es amor”, dice con cariño.

Haruna sabe que ser huérfano impulsa a muchos a emigrar. Por ello, desde entonces, tenía muy claro su objetivo: evitar que otros niños pasen por lo que él vivió, construyendo escuelas para huérfanos. Proyectos que destaca, no serían posibles sin la ayuda de personas como Luis Valls y sus fundaciones.

Su primera escuela ya es una realidad, proporcionando educación y alimentación diaria a decenas de chicos de corta edad. Este senegalés no quiere solo ayudar en su país de origen, su sueño es mucho más ambicioso, es expandir su proyecto a muchos otros países africanos.

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