TESTIMONIOS
Miguel Aranguren
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“Una persona irrepetible”
En su adolescencia, Miguel Aranguren vivió una experiencia transformadora al viajar a Kenia. Allí, sus vivencias se convirtieron en un diario lleno de relatos cautivadores. Estos escritos llegaron a Luis Valls, que reconociendo el potencial de Miguel, lo animó a publicarlos. Así fue el comienzo de su carrera literaria.
Luis Valls se destacó por muchas cosas pero sobre todo por su estilo de ayuda discreta, una “caridad muda” que prefería mantenerse fuera del ojo público. Esta actitud de generosidad sin alardes fue algo que Miguel valoró profundamente.
Luis Valls era un admirador del periodismo, no es de extrañar que Miguel y él acabasen siendo grandes amigos.
Además de su vínculo con el mundo de las noticias, Luis contaba con una red diversa de amistades que incluía desde figuras famosas como Julio Iglesias hasta sindicalistas de todas las ideologías. Su ayuda, a menudo desconocida para quienes la recibían, era testimonio de su compromiso desinteresado. “Si por lo que fuera estaban pasando un mal momento, ahí estaba su llamada o incluso su gestión sin que ellos se hayan llegado nunca a enterar de que esa gestión la hizo Luis Valls. Eso es lo que a él le hace una persona irrepetible”, destaca Miguel.
Una frase que Miguel también guarda con cariño de Luis es “nunca pasa nada”, una expresión que encapsulaba una visión de vida basada en la tranquilidad y la bondad sin expectativas.
La amistad entre ambos refleja cómo la humildad y el apoyo desinteresado pueden dejar una marca duradera. Luis Valls demostró que la verdadera caridad se mide por el impacto en las vidas de los demás, no por el reconocimiento recibido.