La llegada de María José Baños a la India redefinió su camino. Allí, al enfrentarse a la dura realidad de la pobreza extrema, comprendió que para marcar una diferencia real había mucho que hacer.

En su misión, María José no estuvo sola. Contó con el apoyo de fundaciones que compartían su visión. Esta colaboración le permitió no solo idear proyectos transformadores, sino también coordinar los equipos necesarios para llevarlos a cabo. Su enfoque no era meramente idealista, estaba basado en la creación de soluciones prácticas y realistas.

Como por ejemplo en los proyectos de Mumbai y Sri Lanka, donde María José estuvo en contacto constante con las fundaciones. Esta colaboración le permitió ajustar las acciones y atender las necesidades emergentes. La orientación de expertos y la comunicación práctica fueron clave para hacer que los proyectos estuvieran adaptados a las circunstancias locales.

A través de su trabajo, María José y su equipo han llegado a más de 5.000 personas en India, y su éxito se debe en gran medida a la colaboración y la planificación.

Aunque nunca conoció a Luis Valls en persona, descubrió más tarde que él fue el benefactor detrás de la beca que le permitió estudiar en Estados Unidos. Esta oportunidad le dio las herramientas necesarias para seguir adelante con su misión de ayudar a otros. No puede estar más agradecida con él.

La historia de María José Baños demuestra cómo la humanidad, la coordinación y el apoyo puede transformar realidades. Su labor no solo ofrece un testimonio del impacto de una buena colaboración, sino también de la capacidad de mejorar la vida de quienes más lo necesitan.